Como
pasaban los días y las semanas y ninguna de las empresas implicadas en el
arrollamiento de Irune se ponían en contacto con nosotros, decidimos contactar
con RENFE. Lo único que encontramos fue un teléfono que habían habilitado para los familiares de las
víctimas del accidente de Oporriño.
Llamamos y nos tomaron nota de nuestro número de teléfono.
Después
de dos horas, nos llamó un hombre que a todas nuestras preguntas
su respuesta era siempre la misma “no sé”. Al despedirnos le rogamos que si
pudiera facilitarnos alguna información sobre el accidente, temas legales,
seguro, investigación etc., se pusiera en contacto con nosotros. Todavía estamos esperando.
Pasaron
algunos meses y nos dirigimos a las oficinas de la estación de Abando con una
carta redactada por nuestro abogado reclamando el Seguro Obligatorio del
Viajero (Seguro al que todos tenemos derecho cuando viajamos en trasporte
público). El empleado que nos atendió, tras consultar con sus superiores si
correspondía registrarlo en el libro de reclamaciones de RENFE o ADIF, nos sacó
el de ADIF. Después de un mes nos llegó
una carta de ADIF, comunicándonos que, en su opinión, teníamos que reclamar a
RENFE.
De
nuevo nos dirigimos a la estación de Abando para volver a presentar la
reclamación. Esta vez nos informaron que teníamos que rellenar un formulario de
parte de accidente, compuesto por original y dos copias, una para RENFE otra para la compañía de seguros y la tercera
para nosotros.
Un
mes y medio después recibimos una carta de RENFE, firmada por José Luis Ramiro Llorente, Gerente de
Gestión, Administración y Servicios Corporativos, en la que se nos comunicaba
que “de acuerdo con las circunstancias y atendiendo
al R.D. 1575/1989 de 22 de diciembre no
tiene cobertura en el Seguro Obligatorio de Viajeros suscrito por RENFE al no
tener la víctima la condición de asegurada en el momento del accidente”. Junto
a la carta nos devolvieron las dos copias del
formulario, la de RENFE y la de la Compañía de Seguros sin ni siquiera
haberles dado sello de entrada.
La
copia de RENFE en la parte posterior tenía un apartado a rellenar por el
empleado que tramitó la reclamación, Mariano
Tranche Sanchez, y en ese espacio vimos que aparecía escrito lo siguiente:
“NO SE PRESENCIO EL ACCIDENTE OCURRIDO EN
DICHA FECHA POR LO QUE SE DESCONOCEN MAS HECHOS QUE LO APORTADO POR EL
REPRESENTANTE DE LA ACCIDENTADA”.
Esto
nos sorprendió ya que en el mismo formulario rellenamos el apartado de
“TESTIGOS”, con los datos de uno de ellos. Decidimos volver a las oficinas de
RENFE para entregar una carta dirigida a la atención de José Luis Ramiro Llorente en la que pedíamos explicaciones de por
qué no quedaba cubierto por el SOV el accidente.
Han pasado varios meses y no
hemos recibido contestación y conociendo su forma de actuar, dudo que la
tengamos pero ya no nos sorprende, ya estamos acostumbrados a sus silencios.
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