viernes, 4 de agosto de 2017

13.- ASOCIACION

Imagino que los que estáis leyendo esto es porque o sois familiares, amigos, habéis tenido algún problema similar al nuestro o, simplemente estáis hartos de la actitud del Ministerio de Fomento de RENFE y de ADIF.

Quiero aprovechar la difusión que pueda alcanzar este blog para crear una asociación a nivel nacional para lograr los siguientes objetivos:


1- Soterramiento de todos y cada uno de los 443 pasos entre andenes existentes.

2- Que hasta que no se soterren todos y cada uno de estos pasos entre andenes, se tomen medidas provisionales para proteger a los viajeros (semáforos, barreras, vigilantes etc.)

3- Que se dé una atención integral REAL a los familiares de víctimas de accidentes ferroviarios, como se indica en el R.D.627/2014 de 18 julio y no el silencio que nosotros hemos sufrido.

4- Que sea el Ministerio de Fomento quien proporcione la atención integral a los familiares de víctimas de accidentes ferroviarios y no las empresas implicadas en  dichos accidentes.

5- Que la CIAF (Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios) cambie la calificación de “incidente” por la de “accidente grave” cuando haya al menos una víctima mortal.

6- Que la CIAF realice una investigación SIEMPRE que haya al menos una víctima mortal (arrollamientos incluidos),

7- Que el S.O.V. (seguro obligatorio de viajeros) sea efectivo desde el momento que se valide el billete en el torno de entrada hasta que se cancele en el de salida.

8- Que se elabore una normativa específica para la custodia de los registros jurídicos “cajas negras” cuando ocurra un accidente para evitar su borrado.

9- Que se elabore una normativa específica que regule el paso entre andenes.


10- Que los avisos acústicos que anuncian un tren sin parada, suenen tanto en la estación como dentro del tren, y que estén sonando ininterrumpidamente  hasta que el tren haya atravesado la estación. 

A raíz del arrollamiento de nuestra hija nos hemos dado cuenta de la vergonzosa situación de inseguridad que sufrimos todos los usuarios del tren, de la impunidad que gozan las empresas ferroviarias y del nulo caso que se hace a los familiares de las víctimas de accidentes ferroviarios.

Al ser ellos mismos los que implantan las leyes que regula el sistema ferroviario, éstas están orientadas en su propio beneficio y para proteger al tren, protegiendo poco o nada a los usuarios.

A modo de ejemplo, diré que en todos los informes sobre arrollamientos que he podido leer, la conclusión es siempre la misma “Causa: terceros, al no percatarse la victima de que se aproximaba un tren en sentido contrario” Da igual que el tren cruce por el paso entre andenes a 120 kilómetros hora, o que no haya barreras, ni semáforo, ni vigilante, que no haya visibilidad, ni que el tren que va a cruzar no silbe,  ni siquiera, que no se oiga el aviso de megafonía.

Da igual todas las circunstancias que hayan podido causar el accidente, ellos siempre concluyen con la misma cantinela, el causante del arrollamiento siempre es la víctima.

Son numerosos los arrollamientos a personas, casi todos los meses ocurre uno o más.

La CIAF  (Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios), dependiente del Ministerio de Fomento, no tiene obligación de investigar los arrollamientos en estaciones por no considerarlos accidentes graves. Los consideran incidentes, aun habiendo habido víctimas mortales.

Al no ser investigados no se determinan las causas por las que ocurren, no diferenciando así las imprudencias de los fallos atribuibles a las empresas ferroviarias.  Todo  queda dentro del mismo saco.

En el caso de los arrollamientos causados por la mala actuación de las empresas ferroviarias, éstos quedan disueltos en una mezcolanza junto con las imprudencias y suicidios, no corrigiendo así su mal proceder.

Creo que los ciudadanos debemos de protegernos de esta forma de actuar y para ello nuestra fuerza reside en la unión, es por ésto por lo que pretendo crear una asociación para forzar a las empresas ferroviarias y al Ministerio de Fomento a corregir su forma de actuar  en los casos de arrollamientos.

Cualquier persona que pueda estar interesada se puede poner en contacto conmigo en la siguiente dirección: stoparrollamientos@gmail.com.

12.- Algunas preguntas.

¿Por qué actúan así las empresas ferroviarias?

Desde el accidente me he hecho esta pregunta muchas veces. No he conseguido ninguna respuesta de estas empresas pero he llegado a algunas conclusiones.

Lo primero que hacen es poner en práctica la estrategia del “yo no he sido”. Buscan responsabilidades en terceros y si pueden echar la culpa al muerto mejor que mejor.

Para lograr esto no dudan en filtrar información falsa a los medios de comunicación poco profesionales. En el caso de nuestra hija Irune, difundieron un montón de mentiras que, según los medios, fue información que les proporcionó RENFE.

En segundo lugar practican el ninguneo más absoluto, silencio total e ignorar a las familias de las víctimas, llegando a tal extremo que ni siquiera se dignan a trasmitir el pésame, y cuando estas requieren información, dan la callada por respuesta.

 ¿Por qué hacen esto?

Creo que hay personas sin recursos, sin familia, sin preparación suficiente para abordar estos temas o simplemente en estado de depresión causada por la pérdida, que no interponen demandas legales. De este modo las empresas ferroviarias se ahorran un buen dinero en indemnizaciones.

¿Por qué no toman medidas para que estos accidentes no se produzcan?

La respuesta es terrible pero muy sencilla. Les sale mucho más rentable el pago de indemnizaciones (en el caso de que las haya) que el acometer las obras para soterrar los pasos. Es así de cruel y de horrible, si no, no se explica que en los últimos 10 años haya habido 46 arrollamientos en las estaciones gestionadas por ADIF.

¿Por qué no hay una legislación específica para el paso entre andenes?

A pesar de la alta siniestralidad no hay una normativa específica que regule el paso entre andenes y esto es simplemente porque no les interesa.

Actualmente es suficiente la colocación de una placa de 15 centímetros por 100 centímetros, con una letra de 2 centímetros de altura donde pone en euskera y castellano “cuidado al pasar trenes cirlculando en ambos sentidos” como medida de protección. De este modo toda la responsabilidad la dejan en manos del viajero, aunque no haya visibilidad, el paso esté en malas condiciones y los trenes atraviesen las estaciones a altas velocidades. Si hay un arrollamiento la causante es la víctima  que no ha hecho caso a la placa. Es la muletilla que siempre incluyen en sus informes “El accidente tuvo su origen en la invasión del gálibo de la vía por parte de la víctima, al cruzar sin percatarse de la llegada del tren”.

11.- El SOV (seguro obligatorio de viajero) y los malos modos de Mariano Tranche Sanchez.

Aprovechando que fuimos a la estación de Abando para entregar la carta dirigida a José Luis Ramiro Llorente,  preguntamos por Mariano Tranche Sanchez para que nos aclarara las observaciones escritas por él en el formulario:



“NO SE PRESENCIO EL ACCIDENTE OCURRIDO EN DICHA FECHA POR LO QUE SE DESCONOCEN MAS HECHOS QUE LO APORTADO POR EL REPRESENTANTE DE LA ACCIDENTADA”.

Nos indicaron que era la persona que estaba en las oficinas de ADIF en la estación de Abando.

Al pedirle explicaciones sobre sus observaciones nos comentó que él no había presenciado el accidente y que eso es lo que ponía en las observaciones, a lo cual le contestamos que cualquiera que leyese lo que había escrito interpretaría que no hay testigos.

De manera chulesca nos contestó que esa era nuestra apreciación. Insistimos y le sugerimos que igual había sido un error de redacción. En el mismo tono chulesco dijo que no, que lo que quería decir y puso es que él no lo vio. Eso es obvio y sobra decirlo, le dijimos. Nos contestó que esa era nuestra opinión y que él tenía otra. Como no estaba dispuesto a reconocer nada, nos fuimos diciéndole irónicamente “gracias, ha sido muy amable” a lo que respondió en tono desafiante “lo mismo que usted”.

El trato que recibimos de Mariano Trache Sanchez fue realmente desagradable, mal educado y falto de la mínima humanidad.

Hasta ahora nos han ninguneado, nos han mareado y nos han atendido de manera totalmente despreciable.

Para nada hemos tenido la atención a la que hace referencia el Real Decreto 627/2014 de 18 de julio de asistencia a las víctimas de accidentes ferroviarios y sus familiares, pero si piensan que con estas actitudes nos vamos a rendir, están muy equivocados, al contrario, cuanto peor es el trato que nos dan más ganas de luchar y contar a quien quiera oír el deleznable trato que estamos recibiendo por parte de las empresas ferroviarias ya mencionadas. 


10.- El SOV (seguro obligatorio de viajero) y el silencio de Jose Luis Ramiro Llorente.

Como pasaban los días y las semanas y ninguna de las empresas implicadas en el arrollamiento de Irune se ponían en contacto con nosotros, decidimos contactar con RENFE. Lo único que encontramos fue un teléfono que  habían habilitado para los familiares de las víctimas del accidente de  Oporriño. Llamamos y nos tomaron nota de nuestro número de teléfono.

Después de dos horas, nos llamó un hombre que a todas nuestras preguntas su respuesta era siempre la misma “no sé”. Al despedirnos le rogamos que si pudiera facilitarnos alguna información sobre el accidente, temas legales, seguro, investigación etc., se pusiera en contacto con nosotros. Todavía estamos esperando.

Pasaron algunos meses y nos dirigimos a las oficinas de la estación de Abando con una carta redactada por nuestro abogado reclamando el Seguro Obligatorio del Viajero (Seguro al que todos tenemos derecho cuando viajamos en trasporte público). El empleado que nos atendió, tras consultar con sus superiores si correspondía registrarlo en el libro de reclamaciones de RENFE o ADIF, nos sacó el de ADIF.  Después de un mes nos llegó una carta de ADIF, comunicándonos que, en su opinión, teníamos que reclamar a RENFE.

De nuevo nos dirigimos a la estación de Abando para volver a presentar la reclamación. Esta vez nos informaron que teníamos que rellenar un formulario de parte de accidente, compuesto por original y dos copias, una para RENFE  otra para la compañía de seguros y la tercera para nosotros.

Un mes y medio después recibimos una carta de RENFE, firmada por José Luis Ramiro Llorente, Gerente de Gestión, Administración y Servicios Corporativos, en la que se nos comunicaba que “de acuerdo con las circunstancias y atendiendo al R.D. 1575/1989 de 22 de diciembre  no tiene cobertura en el Seguro Obligatorio de Viajeros suscrito por RENFE al no tener la víctima la condición de asegurada en el momento del accidente”. Junto a la carta nos devolvieron las dos copias del  formulario, la de RENFE y la de la Compañía de Seguros sin ni siquiera haberles dado sello de entrada.

La copia de RENFE en la parte posterior tenía un apartado a rellenar por el empleado que tramitó la reclamación, Mariano Tranche Sanchez, y en ese espacio vimos que aparecía escrito lo siguiente:

 “NO SE PRESENCIO EL ACCIDENTE OCURRIDO EN DICHA FECHA POR LO QUE SE DESCONOCEN MAS HECHOS QUE LO APORTADO POR EL REPRESENTANTE DE LA ACCIDENTADA”.


Esto nos sorprendió ya que en el mismo formulario rellenamos el apartado de “TESTIGOS”, con los datos de uno de ellos. Decidimos volver a las oficinas de RENFE para entregar una carta dirigida a la atención de José Luis Ramiro Llorente en la que pedíamos explicaciones de por qué no quedaba cubierto por el SOV el accidente. 

Han pasado varios meses y no hemos recibido contestación y conociendo su forma de actuar, dudo que la tengamos pero ya no nos sorprende, ya estamos acostumbrados a sus silencios. 

9.- LAS “MEDIDAS DE SEGURIDAD”.

Después de leer docenas de interminables y farragosa leyes, decretos ley, normativas y demás, llegamos a la conclusión, aunque sea difícil de creer, de que no existe una normativa específica para regular la seguridad de los viajeros que tienen que cruzar las vías en las estaciones.

Como decía en un artículo anterior, en el caso de la estación de Areta, parece ser que la única medida de seguridad para los viajeros es una ridícula placa roja de 15 cm por 100 cm que reza “cuidado al cruzar, trenes circulando en ambos sentidos”, en euskera y castellano con una letra de color blanco de 2 cm de altura, que además queda oculta por el tren del que se apean los viajeros.

Si a todo esto le sumas que la megafonía suena en la estación antes de que los viajeros bajen del tren, que éstos no ven el teleindicador que anuncia que va a pasar un tren sin parada ya que sólo aparece el aviso en el andén correspondiente a la vía por la que va a circular,  que no hay ni semáforo ni ninguna barrera  física que impida el paso y que no hay visibilidad, estamos ante una trampa mortal.

Solo es necesario que se den las circunstancias que acontecieron el día 5/09/2016 para que vuelva a ocurrir una desgracia.

¿Y qué han hecho ADIF y RENFE para que esto no se repita? Se han limitado a poner una señal de límite de velocidad que indica 70, eso es todo. ¿Cuántos metros necesita un tren de mercancías para parar? Pues debería empezar activar el freno 300 m. antes, sin tener todavía el apeadero a la vista.

En RENFE y en ADIF trabajan técnicos especialistas en seguridad que llegan a la conclusión de que en Areta y en otros muchos pasos, no hace falta poner ninguna medida provisional de seguridad. ¿No son suficientes 46 arrollamientos en 10 años en este tipo de estaciones sin paso alternativo como para tomar medidas?

¿Cuánto puede costar una mierda de semáforo? Con muchísimo menos de lo que gastan en abogados para eludir responsabilidades, todos los pasos peligrosos dejarían de serlo. Es una medida provisional y barata que deberían poner en marcha hasta el soterramiento de todas y cada una de las estaciones. Pero a esta gente les importa un bledo la vida de los usuarios, ya tienen abogados y peritos que se encargarán de culpar al muerto.

No conozco las normativas y cómo actúan en otros países europeos, pero dudo mucho que trabajen como aquí, donde empresas con capital público ningunean a las familias de las víctimas  y culpan a los muertos de mala gestión e incompetencia.


Para ellos sólo son unas cifras sin cara, un número más en sus estadísticas y balances, Hasta tal punto es así que no se dignan ni a dar el pésame a las familias y en sus informes confunden hasta el nombre de la víctima. En el caso de Irune se referían a ella como Irene.   

8.- INVESTIGACIONES DE LAS EMPRESAS FERROVIARIAS

La CIAF (Comisión Investigación Accidentes Ferroviarios) no tiene obligación de investigar los arrollamientos a personas en estaciones por no considerarlos accidentes graves. Los consideran simples incidentes, como si de un arrollamiento de un animal se tratase. De esta manera no se hace distinción entre suicidios, imprudencias y otro tipos de arrollamientos, ya que no se estudian las causas por las que ocurren.

En el informe que ADIF está obligado a realizar se limitaron a recoger en dos folios los retrasos sufridos por los trenes y los gastos producidos, incluyendo 4€ en concepto de limpieza de la locomotora. Respecto a la falta de medidas de seguridad de la estación absolutamente nada, ni una sola palabra.

En el arrollamiento sufrido por Irune ocurrieron una serie de fallos fácilmente evitables con la instalación de un semáforo, una barrera o un vigilante como había antes. Si hubiesen tomado una sola de estas medidas de seguridad  Irune estaría entre nosotros, pero para ésta gente la rentabilidad está por encima de la seguridad.

Ahora, después del accidente, dicen que construirán un paso soterrado. Tarde, muy tarde, sobre todo para Irune, y lo peor de todo es que el apeadero de Areta sigue sin barreras, sin semáforo y sin vigilante, y en el caso de que se vuelvan a repetir las mismas circunstancias estaremos ante una nueva desgracia que no dudarán en volver a imputar a la víctima

Quisiéramos que no volviera a suceder ningún accidente de este tipo, en el que la víctima, sin haber cometido ninguna imprudencia, sufra un arrollamiento por la falta de medidas de seguridad en estas estaciones con pasos entre andenes. Para nosotros es demasiado tarde, pero desde el principio pensamos que teníamos que intentar que ningún padre o madre tuviera que pasar por lo que nosotros estamos pasando. No es la primera vez que ocurre, y me temo que si no cambian las cosas no será la última y, quizás, si algún familiar de victimas anteriores hubiera intentado algo Irune estaría viva.

El caso de Irune no es el único. Hubo un arrollamiento prácticamente idéntico en el municipio de Anoeta, en Gipuzkoa,  en abril de 2013. Ignoramos cuantos más puede haber, pero estamos seguros que estos dos no son una excepción. En el caso de Anoeta que, curiosamente sí fue investigado por  la CIAF, el informe concluía, "el accidente tuvo su origen en la invasión del galibo de la vía por parte de la víctima al cruzar sin percatarse de la llegada de un tren". Aun así, se reconoce que "la víctima tenía visibilidad reducida puesto que se la impedía el tren que circulaba por la vía 2".

En los últimos 10 años se han producido 46 arrollamientos a personas al cruzar los pasos habilitados entre andenes en estaciones. Actualmente, Adif gestiona  443 estaciones donde los viajeros tienen que cruzar obligatoriamente atravesando las vías, (ignoro cuantas son gestionadas por RENFE como en el caso de Areta). Parece mentira que con la alta siniestralidad existente en estos pasos en estaciones, no haya una normativa específica que regule la seguridad de los mimos,


Considero que es imprescindible y urgente dotar a estas estaciones de medidas provisionales de seguridad en tanto no se realicen los soterramientos a los que obliga la legislación europea.