A lo largo de mis 56 años, como
cualquier otra persona de mi edad, he sufrido pérdidas dolorosas. He perdido a mi madre, a mi
padre, a un hermano y a mi suegro. Estos fallecimientos de seres queridos me
han producido unas heridas que, con el tiempo, poco a poco, van cicatrizando. Pero
el fallecimiento de mi hija Irune no ha sido una herida, ha sido un desgarro,
un desmembramiento que jamás podrá cicatrizar y sólo nos queda acostumbrarnos a
vivir con este dolor.
¡Parece mentira como cambia la
forma de pensar y de actuar cuando se pierde a un hijo!
Tengo, como todo el mundo
aficiones. Me gusta leer, pintar, correr por el monte, montar en moto y muchas
otras cosas más, y aunque soy un firme defensor del apoyo mutuo y la
solidaridad, siempre he sido, desde muy niño, muy individualista. Nunca he
entendido el concepto de cuadrilla, ni el juntarse con un grupo de personas por
el simple hecho de compartir una afición o una idiologia.
Pienso que, por que a un tipo le
guste leer, pintar, correr, o sea motero, no es razón suficiente para que
podamos coincidir en todo lo demás.
Esto que os cuento, me ha
sucedido hasta el día que perdimos a Irune. A partir de su fallecimiento esto ha cambiado.
Cada vez que estoy en presencia
de un padre o una madre que ha perdido un hijo, noto que pertenecemos a un
mismo grupo, al margen de ideologías, aficiones o estrato social. Cuando miro a
los ojos de uno de estos padres me veo reflejado como en un espejo, hago mío su dolor y noto una enorme afinidad
aunque sea la primera vez que nos vemos.
Sin duda, es el dolor por la
muerte de un hijo, un nexo común que une a personas desconocidas más que cualquier
otra cosa. ¡Es tan grande el sufrimiento por la pérdida de un hijo que solo
alguien que lo haya padecido es capaz de entenderlo!
Antes del fallecimiento de Irune
tampoco entendía la costumbre de llevar flores a los difuntos. Pensaba -Ya no
están aquí, es ridículo llevar flores a un lugar donde solo quedan unos restos
o unas cenizas. Ahora, me encuentro junto a Itzi, yendo día sí y día no al
monte donde depositamos sus cenizas, recogiendo pequeñas flores silvestres
durante el camino para llevárselas como regalo.
La subida se convierte en una
falsa ilusión de volver a estar los tres juntos, que se desvanece entre nuestras
lágrimas al llegar a su árbol y darnos
cuenta de que estamos los dos solos frente a un árbol. Aun siendo así, tenemos
la necesidad de un lugar, de algo que nos una a ella, aunque sea, como decía
antes, una falsa ilusión.
No dejes de ir...su recuerdo es tu lucha...
ResponderEliminarGracias Juan Luis.
EliminarGonzalo:
ResponderEliminarHe conocido lo sucedido a vuestra hija a través de Change.org. Qué difícil es dar palabras de aliento ante algo tan doloroso... Deseo que tú y tu mujer consigáis ganar esta lucha contra estos malditos titanes y que no os falten nunca las fuerzas para seguir adelante en vuestra vida.
Un abrazo inmenso para los dos desde Galicia.
Gracias Marta.
EliminarTan solo teno 20 años y soy hija unica como Irune, no soy madre, pero siento tu dolor, transmites tu desgarro a traves de la pantalla... Siento con toda mi alma tanto dolor, siento que gente buena sufra, porque sé que sois buenas personas. Ánimo, no estais solos, nunca lo estaréis, nunca. Siempre Irune os acompaña, por siempre.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarLo siento muchísimo. Muchísimo. No puedo ni imaginar cómo me sentiría si me pasase algo así. Lo siento. Elena.
ResponderEliminarGracias Elena.
EliminarTodo mi cariño y fuerza en esta lucha. Un abrazo enorme para Itzi y para ti.
ResponderEliminarMaría.
Gracias Maria.
EliminarGracias por compartir tu experiencia, es muy bello lo que has escrito. un abrazo
ResponderEliminarGracias Nick
EliminarQuerido Gonzalo:
ResponderEliminarMi nombre es Carla, tengo 32 años y vivo en Asturias. He firmado tu petición en internet y es a través de esa página como he llegado a este blog.
Sólo quería decir que lamento profundamente tu pérdida y la de tu familia. Yo misma utilizo ocasionalmente una estación cuya única salida es la de atravesar la vía y no entiendo cómo, a día de hoy, siguen existiendo este tipo de pasos en las estaciones, muy inseguros y que provocan desgracias que, a mi juicio, con un poco de esfuerzo e inversión, serían evitables.
En fin, sé que no nos conocemos y seguramente ni siquiera pueda imaginar vuestro dolor, pero lamento profundamente lo ocurrido y, desde la tierrina, os animo a que sigáis con la lucha emprendida porque es justa y merecéis ser escuchados. Ojalá nada parecido vuelva a repetirse.
En cuanto a vuestras visitas al árbol, yo no soy creyente, pero quizá haya un poco más de lo que vemos ahí fuera y ese árbol sí represente algo, algo importante.
Igual si. Gracias Carla.
EliminarOs envío un abrazo a todos los familiares. Aunque no os conozco de nada, estoy muy emocionado por lo que has escrito.
ResponderEliminarSin duda pasaré por pasos a nivel de este tipo en el futuro. El mero hecho de que hayas creado este blog ya ha provocado que sea conciente de que ante la falta de la más mínima medida de seguridad por parte de los responsables de estas empresas ferroviarias, debo de extremar el cuidado todavía más cuando me baje de un tren y tenga que cruzar un paso a nivel. Además, hablaré de este caso a otras personas... Con esto quiero decir que ya el mero hecho de escribir este blog está sirviendo para algo bueno.
Muchos ánimos para el futuro y gracias por extraer algo positivo del dolor, para ayudar a otras personas y presionar a las empresas y administraciones para que piensen en las personas más allá del supuesto beneficio económico de ignorar la seguridad.
No puedo expresar con palabras la tristeza que me produce conocer tu terrible tragedia. Espero que encuentres fuerzas para seguir adelante, y que los culpables lo paguen muy caro. Ánimo, Gonzalo.
ResponderEliminarGracias.
EliminarSeñor Gonzalo,
ResponderEliminarAntes de nada me gustaría darle mi más sincero pesame por la gran perdida que ha sufrido. No podría un padre como yo imaginarme estar en la misma situación que usted.
Quisiera tambien darme mi apoyo a que continue con su lucha en contra de los arroyamientos.
Creo firmemente en su causa y además creo que hoy en dia los arroyamientos puede reducirse en un 90% gracias a un simple puente, tunel o semaforo. Sin embargo como bien usted ha comentado en video la desidia de Renfe y algunas instituciones estan matando a nuestros seres queridos y vecinos.
Por favor continue con su causa.
Gracias.
EliminarEste es el segundo mensaje que escribo ya que parece que el anterior no se ha publicado. He firmado la petición de Change.org Solamente desearos mucho ánimo, aunque soy consciente que para vosotros debe ser muy difícil. Me ha dolido mucho saber lo que le pasó a vuestra hija Irune, ya que soy madre de una chica de su edad. Lo que estais haciendo ahora es muy loable y es lo que se debería hacer siempre. Mucha suerte y ánimo.
ResponderEliminarGracias Natalia .Perdona por la tardanza, es que no me da tiempo de publicarlos.
EliminarTu lucha es honrar la memoria de Irune. Ella permanece a través de tu amor y tu batalla. Se fuéramos, pero su marcha no es estéril. Tú haces que ella perviva.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
ResponderEliminarEn la muerte de un sobrino mío, busqué en internet inspiración de alguna frase bonita con la que poder consolar un poco a mi hermana. Leí una, más que bonita, de una madre que había perdido a un hijo; esta madre transmitía que, dentro de la desgracia, se agarraba al consuelo de saber que su hijo, los años que estuvo en esta vida, fue feliz. Me pareció reconfortante, la frase, y por ello la comparto. Un afectuoso saludo, Pedro.
ResponderEliminarDesde luego. Solo se me ocurre una cosa peor que la muerte de Irune, el no haber vivido 19 años con ella. Los años mas felices de nuestras vidas. Eso se quedara para siempre en nuestra memoria.
ResponderEliminar