Tras el accidente, los medios de comunicación dieron informaciones erróneas,
informaciones que se copiaron los unos a los otros sin tomarse la molestia de
contrastarlas. En ellas se señalaba que el accidente se había producido porque
Irune no prestó atención al cruzar las vías al estar pendiente del teléfono o
que no escuchó los avisos de llegada del tren de mercancías porque llevaba los
cascos puestos.
Esas informaciones son rotundamente falsas, tal como han señalado distintos
testigos del accidente.
En este camino que comenzó el 5 de septiembre, hemos encontrado buenas
personas que ya sabíamos que estaban ahí y que siempre estarán, gente nueva que
no conocíamos y que ha sido como recibir una bocanada de aire fresco cuando nos
encontramos inmersos en una ciénaga infecta. Esta gente me reconcilia con la
especie humana, pero por otro lado, también hemos tropezado con mala gente,
algunos que se escudan en burocracias y en “así
son las cosas” para cometer o colaborar con injusticias, y otros personajes
que carecen totalmente de empatía, que echan sal en la herida y con sus
palabras y actuaciones aumentan el dolor de haber perdido a nuestra única
hija.
Quiero usar este Blog para señalar con nombres y apellidos a estos
individuos sin corazón y para que se sepa cómo actúan, pero también señalaré el
trabajo de las buenas personas y de los
buenos profesionales, responsables y respetuosos a los cuales estamos muy agradecidos.
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