5/09/2016. Este día marca un antes y un después en nuestras vidas.
Era lunes, Itzi (mi mujer), Irune (mi hija) y yo acabábamos de regresar de
unos días de vacaciones en Menorca. Lo pasamos realmente bien, fueron días
felices que perdurarán para siempre en el recuerdo.
Antes de ir, Itzi me decía que probablemente esas serían nuestras últimas
vacaciones juntos. Irune ya tenía 19 años, iba a comenzar 2º de Bellas Artes,
empezaba a ganar algún dinero con sus cuadros, se acababa de sacar el carnet de
conducir, tenía novio y empezaba a ser cada vez más independiente.
A Itzi le apenaba que éstas fueran las últimas vacaciones que los tres
pasáramos juntos, pero jamás hubiéramos pensado que el motivo no fuera que las
pasara con su novio o amigos, sino que no hubiera más vacaciones para ella.
El 5 de septiembre sobre las 5 de la tarde me dijo que se iba a Orozko con
Aritz (su novio). La última palabra que oí de su boca fue “suerte”, pues yo me
examinaba de euskera ese mismo día.
Llamaron al timbre. Era la Ertzaintza. Preguntaban por mí, me extrañó, les
abrí. Los ertzainas me preguntaron si era el aita de Irune y me dijeron que
había sido arrollada por un tren y que había fallecido.
No tuve ninguna reacción, sólo pensaba en reunirme con Itzi, que estaba trabajando.
No me dejaron conducir, dijeron que en mi estado era peligroso, que tendría que
esperar la llegada de una patrulla de secretas que me acercarían hasta donde
trabaja Itzi. Esperé y esperé, minutos, horas, no lo sé, ignoro el tiempo que
trascurrió pero se me hizo eterno.
Al llegar es cuando me desgarre por dentro. Hasta ese momento mi cerebro
bloqueó totalmente mis emociones, era como si tuviera pudor de mostrar mi dolor
ante extraños y no pudiera expresar mis sentimientos hasta reunirme con Itzi.
Es un dolor que desde ese día nos acompaña. A partir de ese momento lo tengo
todo borroso con lagunas de días enteros.
Irune era una chica excepcional. Inteligente, creativa, con talento y muy
feliz, y lo que más me enorgullece de ella, es que era una buenísima persona,
siempre dispuesta a ayudar y preocupándose por los demás. También era prudente,
por lo que a Itzi le extrañó que sufriera un accidente así. Yo al principio
pensé que se pudo despistar, pero no, cuando la Ertzaintza nos explicó lo
sucedido y conocimos el testimonio de los testigos me di cuenta de que estaba
equivocado. No, no fue un despiste.
Escribo este Blog porque, ante la dejadez, el mal hacer, la negligencia y
la maldad de ADIF, RENFE y COMSA, tengo
la necesidad de contar lo que estamos viviendo.
Hola Gonzalo, mi nombre es Romina. Conocí tu caso a través de un correo de Change.org el día 30 de Agosto, el cual me conmovió en el más profundo de mi ser y contribuí con mi firma. No he podido dejar de lado el caso de Irune, y aquí estoy, leyendo tu blog. Acabo de leer este post y no pude evitar que de derramaran lágrimas de mis ojos.
ResponderEliminarTengo 20 años, soy muy joven aún, y no tengo hijos, y sé que mis palabras son sólo eso. Pero Gonzalo, créeme que te admiro, admiro tu enorme fuerza, admiro tu calor y tu perseverancia. Y te admiro como padre. Tu preciosa y excepcional hija Irune, debe sentir un orgullo gigantesco por ti. Gracias por lo que haces, gracias por luchar por ella. Os deseo toda la suerte existente de este mundo, como dijo Irune "suerte" y la vas a tener, ella te la va a dar. Yo por mi parte, haré todo lo que pueda, firmar, compartir publicaciones, lo que haga falta. Enhorabuena Gonzalo, eres un padre excepcional.
Muchas gracias Romina.
ResponderEliminarTe apoyo en tu lucha
ResponderEliminarGracias Nestor.
EliminarHola Gonzalo:
ResponderEliminarYo he sido mama de una niña hace 4 meses, un bebe muy deseado despues de muchos tratamientos de fertilidad. Una hija tan deseada como puede ser cualquier otra hija, como Irune. Por eso, ahora mas que nunca puedo entender lo que se debe sentir cuando ocurre una desgracia como esta que relatas. No te vengas abajo, sigue adelante por ella, no le gustaria veros mal, y sobre todo, guiate de tu instinto, de tu corazon y veras como entre todos conseguimos que no haya ningun accidente mas como este. Se lo debemos a Irune. Un gran abrazo.
Muchas gracias por tus ánimos.
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